Tras la vuelta a casa, preguntas, muchas preguntas pero también una gran multitud de sentimientos y sensaciones avivados por el momento acontecido del beso.
-¡Joder, nos hemos besado! ¡Bendita broma bien usada y encarrilada!- pensé nada más girarme tras de que cerrara su puerta. La verdad, ese día quedará grabado siempre con ese "juego de llaves", ese abrazo interminable en el que nuestros pensamientos se cruzaban y nuestras ganas de besarnos nos calaban desde uno al otro, desde mis pies a su cabeza y desde los suyos a la mía.. Aun así, me noté desentrenado, tímido por segunda vez en mi vida, el beso dado no fue lo que yo intentaba aun así el hecho de que fuera con ella.. Le quitó toda imperfección posible, aunque maldije más tarde al escalón sumado a la altura de los tacones de ella, que hicieron que me pusiera un poco de puntillas. Ese día, queridos lectores, ese día noté miedo.. Miedo y valentía, alegría y tristeza, temor y satisfacción.. Ese día noté todo lo que una persona puede llegar a sentir en tan solo cuestión de unos pocos minutos, ¿o eran segundos? La cosa es que, ese día me di cuenta de cuanto se podría adentrar desde ese momento en mí esa pequeña pelirroja, ahora, Mi Pequeña Pelirroja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario